La RAE dice:

La RAE dice:
Vaivén (De ir y venir).
1. m. Movimiento alternativo de un
cuerpo que después de recorrer una línea vuelve a describirla, caminando en
sentido contrario.
2. m. Variedad
inestable o inconstancia de las cosas en su duración o logro.
3. m. Encuentro o
riesgo que expone a perder lo que se intenta, o malograr lo que se
desea.
4. m. Mar. Cabo delgado, blanco o
alquitranado y de dos o tres cordones, que sirve para entrañar y forrar otros
más gruesos, dar ligadas y hacer ciertos tejidos.
5. m. ant. ariete
(‖ máquina militar).
6. Más todo lo demás (Su sentido poético)

sábado, 15 de octubre de 2011

Retrato de un Durmiente

-          Mamá el abuelo está frío y rígido –
     Eso le dije y, en verdad, estaba frío, tumbado en el sofá. Un durmiente en su aposento con su cena picoteada en la mesa de la cocina y un vaso de agua medio lleno en la mesa salón, con una servilleta de papel como posa vasos... Con su mano apoyada dulcemente bajo del rostro, y recostado en posición infantil. Lo único que revelaba que ya no estaba como antes era su boca entreabierta. Todas las cosas banales estaban intactas y se habían convertido en pequeños relicarios, pequeños como él mismo de pequeño y, a la vez, tan gallardo, tan atemporal, pero sobre todo tan humano, mundano, e inaccesible al beso de calor con el que despedí su mejilla. Y después de verlo en algunas noches parece que su recuerdo ha dejado el oleaje con el que pululaba por mi ser para pasar a estar en la simiente de mi tiempo, en momentos de algunas horas en las que le rindo pequeños homenajes. Cambió la vida sin hacer demasiado ruido, sin expresiones de angustia, solo, gallardo y dulce. Con la muerte del mirlo blanco.

lunes, 10 de octubre de 2011

"!Sin verguenza ,tú lo que estás es borracha perdía!"


2/10/2011
    A la sombra de un castaño en flor perdiste el frío y el calor. El quéhacer y el nohacer se consumieron hasta hacerlos desaparecer. Oliste el almizcle verde y seco del  antiguo extásis, pero, te escapaste pulcra, sobria y resplandeciente. En él, ahora, se volaría convertido en arena con el levante.Y el suelo tendría un mareo de baldosas movedizas, que se resquebrajarían en la cúspide una costelanción de mosquitos, graznando como las ninfas, aturulladas en su nido. Unas copas no es una insurreción en mi misma, recorren todo mi cuerpo y se aposentan serenas sobre mis piernas, espectadoras. Y yo autora tan tranquila que me es ajeno el paso del tiempo. El cual, no se reveló, desaliñado en las derretidas manecillas, con el 12 despeinada y las 7 y 5 oníricas...

- Blaaablabla blabla Blaaaaaaajipaaaaaajipaaaaaajipaaaaajipaa...No todas las cosas que no te interesan no te convienen como no todas las cosas que te convienen te interesentan -

sábado, 8 de octubre de 2011

Delírio universitario o fragmento del gran murmullo de la vida

    Se despiezan en mi cabeza los ruidos fértiles de la vida. Como tromba de agua en mis oidos, mi mente se queda sorda. Un movimiento de hoja al viento, el rasgar de un bolígrafo sobre el papel, como si estuviese arañando un cuerpo. Estoy viendo un cosmos, pisando sobre el fondo de la realidad, amasando el molde de mis pensamientos, a la manera en la que me los moldearon otros, con juegos y milongas. La lejanía de lo cotidiano se evapora y la nitidez embelesa mis sentidos y un viento que hará volar a las montañas arremete contra mi pelo. Escribo una pequeña crónica de un niño loco que se desprende del eco ajeno y hace el murmullo suyo y entendible, eso creo. Todo se me introduce dentro, oigo los pasos y conversaciones que acontecen en los pasillos, que están más allá de las puertas cerradas del patio de los naranjos, en la facultad de Filosofía. Pequeñas migajas de un presente que volaba, como hace un momento, lo hacía la palomita, que se ha parado en esa mesa verde, tan típica de un colegio. Este presente que estaba en alguna parte y, ahora, se me clava en un tímpano que por fin ha dejado el pítido de áltura angustioso que sentía hace un segundo. Un verdadero presente que está aquí, ahora que he logrado nombrarlo.  El verde de las redondeadas copas de los árboles, es fino y cristalino vídrio que ilumina el suelo con una sombra de globo aerostático, meciéndose al compás de una brisa caprichosa. De repente, una rama que cúlmina en dos hojas diminutas se sale de la circunferencia, pintada como dibujo infantil en una guardería, a la vez, dos gorriones, dos machos, bajan al suelo e inician un piar incesante. Y, entonces, me hago esa angustiosa pregunta: ¿Es esto una ilusión? Esa frase que me saca dos palmos del seguro suelo y me tiembla la coherencia y en un escalofrío se recorre mi pierna derecha. Estas visiones cristalinas se caerán de su soporte como el papel pintado que se desprende de las paredes, como el decorado de una obra de teatro si un gigante intentase sentarse en una de las butacas del graderio, el gigante es esa pregunta. Casi me quedo sola de mí misma cuando, justo a tiempo, recuerdo el reloj, lo miro, no han pasado ni tres minutos. Y, como si acabase de llegar allí, me doy cuenta de donde estoy, me surge otra pregunta incesante más a mis espaldas, la más importante, pues respondería, además, a la primera: ¿Alguíen más nota todo esto? Ahora en este momento, quiero ver otro rostro inmerso en el abismo del murmullo del mundo... Alguién más ha escuchado con tanta nitidez unos pasos, de pies de tronco tosco de árbol, de resonancía de eco cavernoso. ¿Y los gorriones? Es qué solo ellos han notado el cambio del algo en mí, al compás de unas hojas movidas por una leve brisa de viento. Es que esta nitidez, este brillo y este embelesamiento por lo mundano se nos está escapando todo el tiempo...
   
    Me rio, me río y me río, ultimamente cada vez más. Porque todo es solamente producto de la ansiosa espectación, y que es la risa sino, a veces, una ansiosa espectación  que se ha sorprendido de sí misma. Me río, me río y me río... De saber que por más nada que haya para otros, para mí, hay casi de todo en todas partes.