Cuando hay silencio
sin inquietud ni quietud
ya sea porque hayamos cumplido
o porque vengamos de morir/ renacer
todo nos lo dice todo
no hay nada que añadir.
Nos cubre un manto cálido
donde no somos manejables
pero estamos conectados al mundo
pero estamos conectados al mundo
y es cuando podemos mirar mejor
porque cada cosa es una palabra
una exacta lanza de punta afilada, de herida limpia.
(Y es así como deberían terminar y empezar las cosas.)
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