La RAE dice:

La RAE dice:
Vaivén (De ir y venir).
1. m. Movimiento alternativo de un
cuerpo que después de recorrer una línea vuelve a describirla, caminando en
sentido contrario.
2. m. Variedad
inestable o inconstancia de las cosas en su duración o logro.
3. m. Encuentro o
riesgo que expone a perder lo que se intenta, o malograr lo que se
desea.
4. m. Mar. Cabo delgado, blanco o
alquitranado y de dos o tres cordones, que sirve para entrañar y forrar otros
más gruesos, dar ligadas y hacer ciertos tejidos.
5. m. ant. ariete
(‖ máquina militar).
6. Más todo lo demás (Su sentido poético)

lunes, 16 de abril de 2012

He escrito la contraseña de casualidad


Algunas contraseñas se recuerdan a modo de casualidad,
son puertas,
y  sacadas del lenguaje común…

   

     - Puedes utilizar la misma contraseña para todo - Es un poco inseguro e insensato, pero es la que mejor recuerdas.
   Es una forma de comodidad, de rutina amable que nos hace más fácil las cosas, como quien tiene pequeñas manías, o una coletilla graciosa para salvar las asperezas. Al poner la contraseña, si lo hacemos bien, no notaremos qué hemos recordado, ni siquiera prestaremos atención a ese hecho. (Qué no dices tú ni "para qué", simplemente, ya lo has hecho.)  Y es así de fácil seguir el juego de abrir puertas, cuando has abierto la primera puerta con tu contraseña ya vienen las demás. Y este tipo de cosas no es que nunca se olviden, no, ahí, no reside su eficacia, sino que puede accederse a ellas “siempre”. Siempre y cuando la situación lo requiera. Esta es la forma más común de contraseña.
   La definición según la RAE de contraseña es la siguiente:    Seña secreta que permite el acceso a algo, a alguien o a un grupo de personas antes inaccesible. Y este es otro sentido:  En los teatros, circos, etc., tarjeta o papel que se daba a los espectadores que querían salir durante la función para que volvieran a entrar.
   Algunas casualidades nos sacan de la rutina y esas situaciones se convierten entonces en contraseñas. Hay gente que, en la casualidad, (Combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar.) ven la sorpresa más exquisita o al azar más desordenado. Ellos, que acaban de esta situación interrogándose y, en tanto que todas conllevan la sorpresa, y, la sorpresa, por sí sola, está bien vista…También disfrutan de eso. Los que, cuando están como sonámbulos, deambulan por los pasillos de sus sueños, imaginan casualidades. Y yo, que ahora estoy ahondando en el vicio de las contraseñas, he pensado: ¿No estarán ellos mismos buscando, sorpresas (señas) secretas e inaccesibles? Una casualidad, si es del gusto del sorprendido, es una señal que permite el acceso a un enigma, a una posibilidad.  La contraseña y la casualidad no son más que puertas, puertas que cruzas sin darte cuenta, pues no depende de ti el dejar de sorprenderte, como no depende de ti él poder recordar. La casualidad y la contraseña huelen a misterio hasta que se ven con los propios ojos.

 Algunas contraseñas se recuerdan a modo de casualidad,
son puertas,
sacadas del lenguaje común.
 Las casualidades:
Algunos utilizan esta expresión ,
para hablar de unas puertas que no eligieron,
porque no es la elección lo importante,
Si/no,
lo importante, es oler la sorpresa
y con suerte vislumbrar, al tiempo, la realidad...
Y entonces, algunas casualidades se recuerdan a modo de contraseña.

2 comentarios:

  1. Hola Lilian. Me animo a escribirte un comentario en tu blog, que visito a menudo, y te animo a que sigas con él. Me ha llamado la aención esta entrada tuya. Te doy mi opinión acerca de ella, si me lo permites: es bueno dejar la sorpresa en manos de la casualidad, pero la contraseña, la llave mágica que debe servirnos para abrir algunas de nuestras puertas o para permitir sólo a algunos que pueda abrirlas también -previa entrega de la contraseña establecida- esa, creo que debemos pensarla y elegirla nosotros mismos, conocerla nosotros mismos, sin dejar espacio a la sorpresa, por si acaso. Un beso muy fuerte. Mercedes.

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  2. Hola Mercedes, gracias por el comentario, estoy en sintonía con tu opinión hasta cierto punto, es decir hasta donde empieza lo exterior, el otro, ya sea persona, nosotros mismos o el tiempo atmosférico jej.
    El texto esboza el feedback que mantenemos con el exterior, donde, efectivamente, necesitamos contraseñas para nuestra seguridad, pero otras veces lo externo nos sorprende, se convierte en emisor de exclamaciones que a forma de casualidad y que, luego, por el empeño de la comprensión (para dotarlo de sentido) pasa a ser contraseña y pasamos a un nuevo momento que se lanza a nosotros... y blablablabl :) Un besito.

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