Por mi primera y por todas mis compañeros, las cosas claras
y el chocolate…-a la taza, templado y semilíquido-
(Sí, se recitará en una sala donde sirvan chocolate XD)
La calma que se encuentra en la primera calada, el suspiro
hondo, se perderá, ese tanto humo que ya casi piensa y que no quiebra los balcones,
que se va, mirando cómo nos encojemos de hombros, una vez más. Toda esa energía
que avanza en las bicicletas, circulando rueda entre semana, de
madrugada, vueltas para aprender a respirar, para quedarnos flacas, para ver
que, cuesta abajo, si no queremos, cada
una en cada una, no nos rendimos. El gusto por el acelerón y el vértigo de las
cuestas, toda esa fuerza con la limpiamos y ordenamos, con cuidado, con rabia,
con desgana, aceleradas, medio dormidas; pintando las paredes y haciendo de
cualquier cuartucho una casa. Rompiendo a cristalazos el vidrio para no
partirnos las caras, en su correspondiente sitio, por supuesto. Buscándonos las
llaves de la reja que abre las ventanas, dándole la vuelta al colchón para no
dar vueltas a la cama. Hermanas, cierren por un momento las persianas y sueñen,
que lo que se guarda en ese paquete, en ese cuarto oscuro, esta intimidad que
no está rendida del todo, que ha dejado
de encogerse de hombros y que se abraza en las palabras o en los besos, que se
toca o que se arrulla. Eso es lo que se escapa a todo murmullo, no está vestida
de uniforme, no es de lo público, es en cada una lo que mueve desde un - Buenos
días - hasta las buenas noches, es el círculo que calma los pedales y que evita
la caída. Esa habitación que se te llena de cosas, que limpias y ensucias,
tirando y colocando muebles. Esa habitación propia deja que se quede esta noche
escondida, como un misterio que no existe, se evapora con el batir de una
puerta y nos deja de brazos encogidos, la intimidad es el sueño de la poesía, y
el sueño de la poesía está en lo íntimo.
Las mujeres sin sueño no están vacías están despiertas, porque ladran, envuelven, friegan, ríen, parten, lloran, cosen esa “s” que
responde. Y si falta el sueño es porque la “S” sisea por todos lados, con todos
y todas, soñando, soñando, soñando como loca. Sí esa “S” sisease – Silencio – Y el
misterio de esa “S” que tanto se ha confundido en la historia sé desvelase un momento, la roña del mundo lo ahogaría a
sí mismo, nos comería la mierda. Porque a fuerza de intimidades se hacen los sueños, y a la malgama de rostros descoloridos lo que le pasa es que cada vez tiene menos intimidad, falta esa habitación en blanco, hay demasiados anuncios, voces, coches, armas,café,antidepresivos, roles, alarmas, congresos, Rajoys, Rubalcabas, V de Vendetas...
Sssssssssh(sueños) a la cama y mañana sigues limpiando el cuarto