La RAE dice:

La RAE dice:
Vaivén (De ir y venir).
1. m. Movimiento alternativo de un
cuerpo que después de recorrer una línea vuelve a describirla, caminando en
sentido contrario.
2. m. Variedad
inestable o inconstancia de las cosas en su duración o logro.
3. m. Encuentro o
riesgo que expone a perder lo que se intenta, o malograr lo que se
desea.
4. m. Mar. Cabo delgado, blanco o
alquitranado y de dos o tres cordones, que sirve para entrañar y forrar otros
más gruesos, dar ligadas y hacer ciertos tejidos.
5. m. ant. ariete
(‖ máquina militar).
6. Más todo lo demás (Su sentido poético)

martes, 12 de julio de 2011

El sueño de los astros insomnes o el sueño de la visita de la Luna

    El astro insomne del universo se levanta por fin, de andares serenos y dejando tras de sí cientos de pequeñas esquirlas, lágrimas doradas que brillan un segundo y luego se unen a la secreta noche del cosmos.  Tiene ahora el color suave de una fruta madura, como si fuese un gran melocotón.  Si pudieses tocarlo tendría su mismo tacto, delicado y terso,  si pudieras darle un bocado sería tan carnoso, sería todo dulzura... Pero tuviera que ser un bocado pequeño porque somos muchos y hay que dejar algo a los demás y no quedarse con todo, como tampoco se puede dejar que los demás se queden con todo de ti.
    Este astro maduro aguarda, a veces, durante el ocaso y el amanecer, tener a la Luna en su útero, una oculta presencia que vela por él y hasta podría decirse que él mismo es fruto de esta esencia. La dama suele ser brumosa y es de su agrado el expandirse por todo el terreno que el sol abarca con su luz. Cuando el sol está cansado, exhausto y esquelético la dama extrae de su blanca savia dos gotas que manan de sus pezones puntiagudos, justo en el centro de estos, una gota blanca, extracto de vida y plenitud. El sol después de beber de ella se hace carne y puede abrazarla, porque el abrazo es uno de los intentos más logrados de tocar el alma. Entonces cuando eso pasa las esquirlas que el sol dejó tras de sí se encienden todas y en esa cara del universo aparecen infinidad de lo que, comúnmente se conoce, como luciérnagas rojas. Y en un segundo sorprendentemente largo  el fluir de la vida los mira embelesado porque hay dos pequeñas substancias que se le han escapado y han formado su propio tiempo y espacio.
    El  insomne astro olvida su nombre y la dama apaga su eterna búsqueda y cerrando los ojos sueñan que son humanos, seres finitos, inacabados y pequeños, y que pueden tocarse, besarse y tenerse el uno al otro.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario