...Y he de decir, además, que, los lugares comunes están llenos de desconocidos solitarios.
No se a donde van los que se han ido,
en las estaciones ya no hay bienvenidas copiosas
ni nos despedimos en deuda,
en las azoteas no hay ropa tendida
y en las plazas de abastos solo venden dinero.
(...)
Pero poseemos rostros de superaciones largas y afirmaciones livianas, del constante sorprenderse en un devenir, donde al momento de la palabra, voces y rostros se encuentran en sintonía. Siendo los que escriben, rostros, con las puntas de los cabellos, rozando apenas el tacto para que, suavemente, el mundo se asiente con la brisa del tiempo.
Y tengo claro, que:
Las cabezas bien amuebladas y las casas bien avenidas escasean. Por eso nos va a tocar escribir...Ya sea en libros de reclamaciones, firmando en juicios como testigos, cartas de despido... Todo lo que esté a nuestro alcance para que La Voz sea, en plural, las voces de nuestros rostros.
No se a donde van los que se han ido,
en las estaciones ya no hay bienvenidas copiosas
ni nos despedimos en deuda,
en las azoteas no hay ropa tendida
y en las plazas de abastos solo venden dinero.
(...)
Pero poseemos rostros de superaciones largas y afirmaciones livianas, del constante sorprenderse en un devenir, donde al momento de la palabra, voces y rostros se encuentran en sintonía. Siendo los que escriben, rostros, con las puntas de los cabellos, rozando apenas el tacto para que, suavemente, el mundo se asiente con la brisa del tiempo.
Y tengo claro, que:
Las cabezas bien amuebladas y las casas bien avenidas escasean. Por eso nos va a tocar escribir...Ya sea en libros de reclamaciones, firmando en juicios como testigos, cartas de despido... Todo lo que esté a nuestro alcance para que La Voz sea, en plural, las voces de nuestros rostros.
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