El cielo de vuestros pasos se extiende
Las luciérnagas colgadas os rodean
Fuera de los túneles de hierro
Los árboles de la calma respiran
Sin la simiente del sofocante tedio
La mañana se despereza y os abraza
A la altura de la Luna habéis cruzado el río
Y el agua germinó por vuestras piernas
de la corriente fluyó vuestro cuerpo
y en el oasis frágil y húmedo de un beso
os mojais los labios con las gotas tersas y blancas de vida
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